El verano de 2006, después de casi 7 meses de espera y preparativos, llegaba la hora de la verdad, nuestro primer crucero, por el Mediterráneo Oriental.
Las 48 horas antes de la salida fueron terribles, una huelga en el aeropuerto del Prat hizo que no nos asegurasen si saldría nuestro vuelo destino a Bari, desde dónde salía nuestro flamante y nuevo barco. En caso de no poder volar, perdiamos todo, el barco no esperaba. El seguro no cubría estos casos.
Llegamos al aeropuerto a las 5 de la mañana (el vuelo era a las 10), y allí no cabía ni una persona más estaba a tope, con montones de personas "acampadas" en el aeropuerto. Gracias al dispositivo que tenia montado nuestra naviera pudimos embarcar y salir con solo una hora de retraso.
Al llegar al puerto de Bari y ver el barco se nos pasaron todos los nervios, y nos quedamos impresionados al ver aquel gigante: MSC Música, recién inaugurado hacia 2 meses.
Nuestra primera escala fue Olimpia, en Grecia. La guía que nos explico toda la historia de Olimpia era una enamorada de la zona. La ciudad merece ser visitada por toda la historia relacionada con los Juegos Olimpicos.
Nuestra segunda escala fue Efeso, unas impresionantes ruinas muy bien conservadas. Destaca la fachada de su biblioteca. También destaca el calor que pasamos en agosto.
Estambul fue la tercera escala, la hicimos por nuestra cuenta ya que el barco llega hasta la misma ciudad. Nada más bajar del barco nos tocó regatear con un taxista, al que no cogimos pues quería poner el taxímetro y pasearnos por toda la ciudad. A la segunda fue la vencida, directamente a la catedral de Santa Sofía.
Pasear por el Gran bazar es una visita obligada.
Las siguientes 24 horas no atracamos, pudimos disfrutar del barco. Llegamos a Dubrovnik.
Estuvimos recorriendo sus calles y su muralla, todavía quedan señales de su reciente guerra.
La gran sorpresa del crucero fue Venecia. A primera hora de la mañana, antes de desayunar llegamos a la ciudad. Desde la terraza de nuestro camarote empezamos a ver las primeras casas, pues para sorpresa nuestra entramos por el Gran Canal.
Las vistas eran impresionantes.
¡Qué enana se ve a la Marina!
ResponderEliminar